
El segundo acto es de Leo Sbaraglia quien encarna con su esperado nivel de excelencia el complejo papel de Milo. Hubo algunas desprolijidades técnicas entendibles, por ser la primera vez con público, lo cual sirve para ajustar y corregir detalles.
No me gustó que la marcada "ambigüedad" en el comportamiento de los personajes de Shaffer, se presenta edulcorada, acaso muda. ¡Y es lo más interesante de la obra!
El final, por algunos recursos demasiado dramáticos en el desenlace, me defraudó: el mismo es fiel al guión, no así al clima; y no se puede culpar a los actores por ello...
Igual vale la pena verla.
El diseño de escenografía de Alberto Negrín es muy bueno.
Antecedentes:
En 1972, el gran Joseph L. Mankiewicz puso fin a su carrera cinematográfica con La Huella, un broche de oro que, dejando a un lado su originalidad escénica y de guión, ofreció al espectador uno de los mayores duelos interpretativos de la historia del Séptimo Arte: Laurence Olivier y Michael Caine cara a cara, en la maroma y sin red.
Luego vino la segunda versión de "La Huella" (Sleuth), con el título "Juego Macabro"Dirección: Kenneth Branagh. País: USA. Año: 2007. Interpretación: Michael Caine (Andrew Wyke), Jude Law (Milo Tindle). Michael Kane pudo así encarnar ambos personajes.
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