2 ene 2009

Vivir Presente.

Ayer a la tarde, en la casa de mi abuela, me paré en el centro de su parque. Para llegar allí, debo atravesar un pasillo cubierto por parras. El pasto recién cortado por ella, húmedo, debido a lloviznas intermitentes. El cielo, estaba cubierto de nubes. Me vi flotando en una gama de verdes y azules, bella e intensa. Acto seguido, cerré los ojos y me concentré en los sonidos. Algunas chicharras anunciaban calor y lluvia. Los grillos, el ocaso. Una brisa, apenas perceptible y fresca, iba y venía, se columpiaba en mí. Mi abuela, en el interior de su casa, preparaba el mate. Volví a mirar. Detrás tenía, suspendidos, unos racimos de uva, aún verdes. Los toqué. Siempre, cuando me hallo protagonizando una escena fantástica, soñada, toco todo a mi alrededor, agradezco y pienso: “Estoy presente, cuán afortunado soy de estar acá, éste momento es mío.”
Sonreí. E inspiré la frescura, los colores, los sonidos, grabé en mi alma cada detalle, para llevármelos conmigo a Buenos Aires. Y así revivirlos, como un baño de calidez natural y familiar, fundamental, cuando me siento sobrepasado por la locura urbana.
Después, di media vuelta y regresé a la casa: el mate ya estaba listo.

¡FELIZ AÑO NUEVO PARA TODOS!

¡FELIZ 2009!