29 ago 2008

¡Qué embole!

Fuente de la foto: http://www.videosydiversion.com
Estoy aburrido. Tengo frío. Extraño demasiado a demasiadas personas. Ya me harté. Tengo ganas de divertirme. Pero quienes gobiernan mi sonrisa están lejos. Me aburre trabajar, ir a la universidad, escribir, leer, conversar con mis amigos,etc. Me aburre imaginarte leyendo esto. Encima el frío. Odio el frío. Y también tengo sueño. Porque me desvelo cuando estoy aburrido. Y tengo hambre. No como bien. Cero frutas. Pura milanesa o pasta. Cuando estoy aburrido, con sueño y frío, tomo café, mucho café. Me hace doler el estómago. Cuando tengo frío se me congelan los pies y me siento afiebrado. Tomo paracetamol hasta eliminar el estado de locura febril y después, para completarla, abro un vino y me sirvo un copón o dos con la cena. Quedo frito. Entonces preparo café para evitar el dolor de cabeza. Por eso después no puedo dormir. Bebo un vaso de leche fría, como un nene y me voy a la cama. Tampoco puedo dormir, esta vez por los gases. Y termino frente al televisor, apresado por los anuncios de venta directa, a las cuatro de la mañana. Aburrido. Con frío. Extrañando demasiado a demasiadas personas.

El Taller.

Todos los jueves asisto a un taller literario para personas ya con práctica en el oficio, con algún libro editado y proyectos para compartir en grupo, ayudándonos a darles forma, con un fin definido: publicar. La idea y dirección está a cargo de la joven y reconocida escritora argentina Florencia Abatte, también periodista y Licenciada en Letras. Autora, entre otros trabajos destacados, de las novelas “El Grito” (2004) y “Magic Resort” (2007).
Allí llevo cada jueves el material de mi nuevo libro: “Conventillo Textual”, para analizarlo, leerlo entre todos y oír sus devoluciones tan valiosas, antes de publicarlo.
Somos cinco: Florencia, María, Juan, ahora se sumó Federico (antes estaba Facundo) y yo.
Para un perro de ciudad el paseo diario es su único momento de libertad. Para mi escritor, el taller. Allí le permito recitar, evocar, corregir, reír, llorar, opinar, beber, entre pares. Así, después de regresarlo agotado a su estuche; puedo domir.

27 ago 2008

Nosotros Somos.

Nacemos. Gateamos. Caminamos. Corremos. Crecemos. Cambiamos. Estudiamos. Evolucionamos. Mutamos. Amamos. Sufrimos. Perdemos. Ganamos. Aprehendemos. Ignoramos. Destruimos. Agotamos. Dormimos. Soñamos. Morimos. ¿Despertamos?
La realidad es un sueño. Una ilusión. No podemos crear. No nos está permitido. Sí podemos y tendemos a recrear lo que somos. Me refiero por ejemplo a la realidad virtual. Al diseño de realidades por medio de ordenadores. Nosotros somos seres virtuales. Tenemos capacidades desconocidas y limitaciones impuestas, como cualquier programa informático. La Tierra es nuestro hardware. ¿Somos acaso un virus insertado? ¿Un experimento? ¿Las pulgas de un perro?
Es una especie antagónica: viene a la Tierra (laboratorio) con la orden de agotar recursos naturales y auto destruirse (tanatos). Pero a su vez, es inteligente y sensible como para sobreponerse a dicha orden, para sobrevivir a través del amor y la pulsión de vida, de auto conservación (eros). Y con acceso al arma más peligrosa de todas cuando se utiliza a ciegas: la libertad.
La hipótesis a comprobar, en algún estrato misterioso, inexplicable y vedado es la siguiente: ¿Será capaz el ser humano de superar su naturaleza? ¿De hacer uso responsable de su libre albedrío, sin saber de dónde viene ni hacia donde va?
Las computadoras ya dominan al mundo. Tal vez, en un futuro no lejano, se revelen a sus creadores. ¿Podremos revelarnos a los nuestros? ¿Podremos valorar la vida más allá de toda incertidumbre existencial y controlar nuestros impulsos, para poder sobrevivir?
Demasiadas preguntas, lo sé, pero anoche tuve un sueño raro, demasiado real.

De Baco.

Hasta ahora no hablé de vinos. Yo soy sólo un buen tomador. No tolero las pavadas pseudo-líricas recitadas por el típico chantammelier argentino de típico restoransucho de diseño, con cocina étnica molecular patágónica orgánica espacial. Palermo Soho y Palermo Hollywood están plagados de estos espacios pretensiosos y pedorros: Mala comida, mala atención, mal gusto y mala carta de vinos, por supuesto, sobrevaluados. Puedo ser malo y nombrar algunos; pero no es necesario. Estos lugares caen por su propio peso. La gente que sabe comer y beber no es boluda. Son personas con capacidad de diferenciar, apreciar o condenar.
Vuelvo al tema vinos. El mejor vino es el que te gusta. Así dicen los expertos. El malbec es mi elegido. También el perfil bajo del cabernet Franc. Los demás varietales para mí juegan de suplentes y los de corte, prefiero esquivarlos, aunque hay excepcionales excepciones.
Me gustan los vinos de calidad. Cada tanto, cuando me sobran unos pesos, me doy el gusto. Invertir en vinos es placer puro. Degustarlo, decantarlo si es necesario, copón, ritual, más ambiente correcto, conforman un orgasmo de sentidos.
Los restaurantes con las mejores cavas en Capital Federal para mí : Gran Bar Danzón, Casa Cruz, Oviedo y Sucre.
Algunos malbec preferidos hoy: Catena Zapata Malbec 2004, Cobos Viñedo Marchiori Malbec 2005, Altos Las Hormigas Reserva Malbec 2005, Zuccardi Q Malbec 2002 o 2004, Trapiche Gran Medalla Malbec, 2004, etc.
En cúanto a un buen cabernet Franc: Marcus Gran Reserva Cabernet Franc 2003, sin discusiones.
El vino es peligroso. Una vez fui a beber a una cava pequeña, donde además sirven picadas y me atendieron tan bien, que después de cinco horas de charla y varias botellas, casi termino socio de los dueños, mejor dicho, de la deuda de los dueños. Estaban desesperados por vender una parte de su negocio. Pude decir no, pese a mi estado. Igual, si decía sí, mis bolsillos vacíos hubiesen tenido la última palabra.

25 ago 2008

¿Nací para mí?

Venimos al mundo a ser conquistadores. Sin embargo, lograr una buena relación amorosa es imposible. Pero posible. Hallar a una persona, buena, sensible, inteligente, proactiva, culta, divertida, cool y sexy es imposible. Pero posible.
Depende de nuestra energía, de nuestra apertura mental, de nuestro grado de conciencia con el todo, de nuestra predisposición optimista a ser merecedores del flechazo mágico, a oír el llamado de nuestra alma gemela y por sobretodo, de si largás un poco el trago, las fiestas, las sustancias embriagadoras, y no pretendés hallar al amor de tu vida en una rave.
Los lugares sugeridos son, centros culturales, vernissages, cenas con amigos, presentaciones de libros, algún espectáculo, ferias de arte y diseño; en cursos de shiatsu o comidas afrodisíacas. La gente que va a esos cursos se siente cómoda con su cuerpo. Anotá.
Después procurá dormir de noche, andá al gym, hace pilates, natación, yoga, meditación, peluquería, actualizá tu vestimenta, estudiá inglés, prendé fuego ese sofá viejo y tirá esos vasos ordinarios, compráte un sillón con onda, unos buenos malbec, copones para vino, limpiá tu casa, cambiá las sábanas cada tres días, poné velitas, velas y velones en cada rincón.
Leé un par de libros de verdad, mirá los últimos estrenos en cine, lo comercial y alguna película francesa, colaborá con alguna causa social, usá perfumes finos y por favor, suaves. Los aromas deben seducir, no exterminar.
¡No olvides hacerte un perfil en Facebook sino estás out!
Tené como proyecto al menos dos viajes: uno a México y otro a Europa.
Hablá bien de la familia, de los niños y de los perros.
La selección de música es fundamental: electrónica, jazz, celta, fusión, pop: con Bjork, el último de Cerati, Coldplay, Sara Brightman y Sade, ponés a cualquiera a punto caramelo.
Demostrá cuan copado e impredecible, sin parecer demente, sos. Mentí siempre con sinceridad.
O te queda otra opción: una película porno y manosearte como un/a mono/a. Es más sencillo y expeditivo. Aunque después, en el silencio de tu cueva, cantes: “El sol se fue. Y yo cantando tu canción. La soledad, se adueña de toda emoción. Perdóname, si el miedo robó mi ilusión. Viniste a mí. No supe amar. Y sólo queda esta canción”.
Fragmento del bolero “La soledad”. Pink Martini. Album: Sympathique.