27 ago 2009

Algunas Gotitas De Psicoanálisis.

Para Lacan no existe una identidad esencial. El yo se va construyendo y este proceso comienza alrededor del 6to mes de vida, en lo que él denomina “el estadio del espejo”. En esta fase del desarrollo, el bebé ve su imagen en el espejo y se interesa. Ve una imagen completa y total, que no es la que él experimenta corporalmente. Sólo se percibe a sí mismo fragmentariamente, a través de distintas sensaciones. La primera identificación constitutiva del yo produce para Lacan una identidad “alienada” ya que viene dada por su imagen en el espejo (algo ajeno, fuera de él) y por la palabra de la madre que le dice “ese sos vos”. El yo está alienado porque se reconoce en algo que no es. Se reconoce en un reflejo. Cuando ves tu imagen en una foto, decís: "ese soy yo" no decís: "esa es mi imagen el día en que me gradué".
Un yo fragmentado: "tenés los ojos de tu padre, la boca de tu madre, el mentón de tu tía, el pelo de tu abuelo". "Somos el discurso del Otro", expresa Lacan. Otro tema, desde Freud: de que manera ponemos libido en los objetos y los incorporamos a nuestro yo, como partes de nuestro cuerpo. Cuando uno va en su auto y pasás por un pozo, ¿No TE duele el auto? ¿Interesante no? Quería compartir algunas gotitas de psicoanálisis para reflexionar.

24 ago 2009

Verdad En La Trivialidad.

¿Soy frívolo? A veces sí. Es mi escudo de protección. Sobretodo en reuniones donde citar a un escritor o hablar del misterio de la existencia humana parecen malas palabras. Lo digo con afecto. Activo el programa "pasarla bien" y un sinfín de temas de revista dominical caen de mi boca. Todos contentos, todos ríen. Ojo, río de verdad. Disfruto de verdad. Cada persona tiene sus intereses particulares y en las reuniones de amigos no siempre esos intereses van a ser atrayentes. Por ello uno recurre a temas comunes, triviales, a la novedad. La comunión radica en "coincidir" con tus "pares" . Y a no ser, que un un taller sobre Parménides y Heráclito, dictada por algun catedrático sexsagenario, un sábado a las nueve de la noche, sea la joda total, esas coincidencias deben ser "comunes", compartidas, populares, aunque parezcas un tonto, descorchando vinos y derrochando cuerdas vocales para hablar de esa nada necesaria, chispeante, caliente, irresistible.
Desde siempre he creído que somos una especie manipulada ancestralmente por extraterrestres. "Somos, lo que buscamos en el espacio exterior". Creo en la reencarnación. Estudio Psicología. Amo la filosofía. Pienso mucho en por qué, un ser con llama divina como el ser humano, se empecina en comportarse como un virus. Considero al misterio de la muerte como una prohibición fundamental para el aprendizaje en esta tierra: un alumno de tercer grado, se aburriría mucho en clase si supiera, el contenido a dictarse en cuarto grado. Estamos en un aula. Y pasar de grado puede ser lo que entendemos dramáticamente por muerte. O no. No lo sé. Pasé los treinta. Y cuando me reuno con mis amigos, todo diferentes, no deseo hablar en serio, de mí, de mis razones. Quiero ser un entretenimiento y que ellos me entregan. Porque soy hedonista, porque la risa es salud, porque el vino sólo se disfruta enamorado y/o riendo. Baco entendía el misticismo de la uva y la risa. Existe un tiempo y un lugar para todo. Un día, después de haber hecho todo lo que pude y quise, y haber logrado diferenciar como Epicuro, los placeres necesarios de los innecesarios, (en los necesarios, considero, habita Dios) voy a recordar estas palabras, montado en un jeep, atravesando la patagonia, más allá de "El Fuerte", siguiendo el sueño de Martí y la voluntad de Percival , en busca del Santo Grial. "El camino, ya se sabe, es uno". ¿Entonces, soy frívolo? A veces. Porque no me falta pulpa para sostener el brillo de la cáscara.

Contrapunto.

Me invitó un amigo al pre-estreno de la obra "Contrapunto " título para el original que es “Sleuth", en el Multiteatro, con Pepe Soriano y Leonardo Sbaraglia, encarnando a Andrew y Milo, los dos personajes de ésta obra del autor inglés Anthony Shaffer, dirigida por Agustín Alezzo. A ellos dos los une Maggie, esposa de Andrew y amante de Milo. Esta obra clásica, llevada al cine en dos oportunidades, es un exquisito doble juego del gato y el ratón. Tanto Pepe como Leo encarnan a ambos personajes con maestría y sorprendente fortaleza sobretodo Soriano como Andrew, que brilla en el primer acto con mucha exigencia física. Para mí, sólo Ricardo Darín puede aparejarse al enorme talento de Pepe Soriano.
El segundo acto es de Leo Sbaraglia quien encarna con su esperado nivel de excelencia el complejo papel de Milo. Hubo algunas desprolijidades técnicas entendibles, por ser la primera vez con público, lo cual sirve para ajustar y corregir detalles.
No me gustó que la marcada "ambigüedad" en el comportamiento de los personajes de Shaffer, se presenta edulcorada, acaso muda. ¡Y es lo más interesante de la obra!
El final, por algunos recursos demasiado dramáticos en el desenlace, me defraudó: el mismo es fiel al guión, no así al clima; y no se puede culpar a los actores por ello...
Igual vale la pena verla.
El diseño de escenografía de Alberto Negrín es muy bueno.
Antecedentes:
En 1972, el gran Joseph L. Mankiewicz puso fin a su carrera cinematográfica con La Huella, un broche de oro que, dejando a un lado su originalidad escénica y de guión, ofreció al espectador uno de los mayores duelos interpretativos de la historia del Séptimo Arte: Laurence Olivier y Michael Caine cara a cara, en la maroma y sin red.
Luego vino la segunda versión de "La Huella" (Sleuth), con el título "Juego Macabro"Dirección: Kenneth Branagh. País: USA. Año: 2007. Interpretación: Michael Caine (Andrew Wyke), Jude Law (Milo Tindle). Michael Kane pudo así encarnar ambos personajes.
Sitios consultados: Películas-dd - Spauld.