-¿Qué es el amor? -preguntó la profesora de psicoanálisis II a sus futuros colegas.
-Freud, habla del enamoramiento. Está relacionado con el paso del narcisismo primario al narcisismo secundario, o sea, la libido, antes puesta en el yo, se desplaza hacia el objeto de amor. - respondió alguien.
-Es como una transacción bancaria, deposito, proyecto cosas mías en otra persona - agregaron por ahí.
-Bastante bien. ¿Alguien más?- continuó la profesora.
Levanté la mano.
- ¿Me permite? - dije.
Sí, claro - contestó.
- La primera vez que descubrí su mirada adolescente, romántica, contenedora, expectante. Era de noche. La ciudad estaba a oscuras. Sus ojos, las únicas luces. Las seguí.
Tuve miedo al principio. Rostro dulce. Figura impactante. Vino a rescatarme, sin embargo, yo hasta ese momento, vivía descreído. Me habían hecho daño en un pasado cercano.
Intenté resistirme, en vano. Este corazón (tocándome el pecho) había decidido. Ya no latía por mí. Y el oxígeno pasó a tener su nombre. ¿Pregunta qué es el amor? Es su cara iluminada al abrir la puerta o, esa alegría alucinógena cuando pasa a buscarme.
Es quien me protege, aconseja e incentiva a ser mejor persona. Su deseo constante de hacerme feliz, de todas las maneras posibles. Pasión y ternura conjugados en un beso, en una palabra. A su lado me siento seguro, intocable. Amanecer juntos es renacer. Amar es trascender en su abrazo. Amor, para mí, significa no morir.
En ese momento sonó mi celular. Todos me observaban sorprendidos.
-Perdón, me está llamando - expliqué. Y salí del aula, sonriendo, a escucharte. -Freud, habla del enamoramiento. Está relacionado con el paso del narcisismo primario al narcisismo secundario, o sea, la libido, antes puesta en el yo, se desplaza hacia el objeto de amor. - respondió alguien.
-Es como una transacción bancaria, deposito, proyecto cosas mías en otra persona - agregaron por ahí.
-Bastante bien. ¿Alguien más?- continuó la profesora.
Levanté la mano.
- ¿Me permite? - dije.
Sí, claro - contestó.
- La primera vez que descubrí su mirada adolescente, romántica, contenedora, expectante. Era de noche. La ciudad estaba a oscuras. Sus ojos, las únicas luces. Las seguí.
Tuve miedo al principio. Rostro dulce. Figura impactante. Vino a rescatarme, sin embargo, yo hasta ese momento, vivía descreído. Me habían hecho daño en un pasado cercano.
Intenté resistirme, en vano. Este corazón (tocándome el pecho) había decidido. Ya no latía por mí. Y el oxígeno pasó a tener su nombre. ¿Pregunta qué es el amor? Es su cara iluminada al abrir la puerta o, esa alegría alucinógena cuando pasa a buscarme.
Es quien me protege, aconseja e incentiva a ser mejor persona. Su deseo constante de hacerme feliz, de todas las maneras posibles. Pasión y ternura conjugados en un beso, en una palabra. A su lado me siento seguro, intocable. Amanecer juntos es renacer. Amar es trascender en su abrazo. Amor, para mí, significa no morir.
En ese momento sonó mi celular. Todos me observaban sorprendidos.
Era un planeta sin sol. Entonces te hallé. Hoy, y desde hace dos años, orbito a tu alrededor, enamorado.
TE AMO.
¡Feliz Aniversario!
TE AMO.
¡Feliz Aniversario!
Autor: Yo.
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