1 may 2009

Había Una Vez Un Circo.

Yo trabajaba allí. Era un artista multi-uso. Bailaba, cantaba, actuaba, reía, brindaba. Miles eran mis queridos, efímeros y fenómenos amigos/as. Cuando llegaba al lugar el mundo dejaba de respirar. ¡Sabía hacer mis entradas! Y tenía mi público...
Pero, cuando apagaban las luces y todos partían. Cuando la luz del amanecer me contaba la verdad, aunque no deseara verla ni oírla, quedaba sólo. Entonces caminaba, en ese estado, un par de cuadras, hasta conseguir un taxi.
Conocía muy bien a esa chica: "Soledad". Nos llevábamos de maravillas. No ocultaba nada. Mostraba su verdadera cara, fría, dura. Le daba un beso y nos íbamos juntos. "Soledad" era mi amiga. Respetaba mi naturaleza. Yo había tomado una decisión: ser artista, o sea, mesa para uno. "Teatro sólo para locos", como anuncia Hesse en "El lobo Estepario" (conocí a fondo ese teatro).
Sin embargo, todo se transforma. La vida es mutación o evolución. Siento, claro, que hice lo segundo: evolucionar. Aunque no he cambiado tanto, a veces, miro fotos de aquella época y no reconozco a esa persona sonriente, sobre el escenario, con mi rostro puesto.
Actualmente, con los pros y contras del transcurrir urbano y afectivo, tengo una vida hermosa. Dios me ayuda mucho. Vivo agradecido.
Pero, con el paso del tiempo, perdí relación con mi antigua amiga "Soledad". Es más, no la tolero. Le temo. Suele manifestarse de vez en cuando y ya no me reconoce. Ahora es una extraña, atraída por un rapto melancólico o la inseguridad de cualquiera, como un mosquito por la sangre caliente. Cuando amás entregás tu corazón. Y en ese delegar, que por cierto es magnífico porque le da sentido a todo, perdés cierto registro de tu verdadera resistencia, te volvés más dependiente en muchas cosas. "Antes de que nacieras yo era tan osada; pero también tan irresponsable", oí alguna vez decir a una madre...
No sé, he vivido como he podido. Y sólo quería contarte que, hubo una vez un circo... y yo trabajé allí.

1 comentario:

Mirati dijo...

Hei!!! Levanta esse ânimo. Novo momento, novos amigos, novas possibilidades. Lembrando-se sempre do passado e do que passou como lembrança completa é assim que é a alma de um poeta.