27 ago 2008

De Baco.

Hasta ahora no hablé de vinos. Yo soy sólo un buen tomador. No tolero las pavadas pseudo-líricas recitadas por el típico chantammelier argentino de típico restoransucho de diseño, con cocina étnica molecular patágónica orgánica espacial. Palermo Soho y Palermo Hollywood están plagados de estos espacios pretensiosos y pedorros: Mala comida, mala atención, mal gusto y mala carta de vinos, por supuesto, sobrevaluados. Puedo ser malo y nombrar algunos; pero no es necesario. Estos lugares caen por su propio peso. La gente que sabe comer y beber no es boluda. Son personas con capacidad de diferenciar, apreciar o condenar.
Vuelvo al tema vinos. El mejor vino es el que te gusta. Así dicen los expertos. El malbec es mi elegido. También el perfil bajo del cabernet Franc. Los demás varietales para mí juegan de suplentes y los de corte, prefiero esquivarlos, aunque hay excepcionales excepciones.
Me gustan los vinos de calidad. Cada tanto, cuando me sobran unos pesos, me doy el gusto. Invertir en vinos es placer puro. Degustarlo, decantarlo si es necesario, copón, ritual, más ambiente correcto, conforman un orgasmo de sentidos.
Los restaurantes con las mejores cavas en Capital Federal para mí : Gran Bar Danzón, Casa Cruz, Oviedo y Sucre.
Algunos malbec preferidos hoy: Catena Zapata Malbec 2004, Cobos Viñedo Marchiori Malbec 2005, Altos Las Hormigas Reserva Malbec 2005, Zuccardi Q Malbec 2002 o 2004, Trapiche Gran Medalla Malbec, 2004, etc.
En cúanto a un buen cabernet Franc: Marcus Gran Reserva Cabernet Franc 2003, sin discusiones.
El vino es peligroso. Una vez fui a beber a una cava pequeña, donde además sirven picadas y me atendieron tan bien, que después de cinco horas de charla y varias botellas, casi termino socio de los dueños, mejor dicho, de la deuda de los dueños. Estaban desesperados por vender una parte de su negocio. Pude decir no, pese a mi estado. Igual, si decía sí, mis bolsillos vacíos hubiesen tenido la última palabra.

No hay comentarios: