14 ago 2008

Cuando te va bien.

Podemos definirla como la tristeza por el bien ajeno ; un sentimiento lamentable. Sinónimo de mediocridad. Me refiero a uno de los Siete Pecados Capitales: la envidia.
El mejor filtro es tener un poco de éxito en algo; cuando te destacás y demostrás tus capacidades en cualquier disciplina y/o actividad, mucha gente de tu entorno muestra su verdadera cara.
Durante mi vida me he llevado sorpresas desagradables y varias desilusiones con respecto a este tema. Rostros acartonados, sonrisas dibujadas con cincel y falsas escenas de júbilo. O lo peor: la indiferencia, el mutismo, el alejamiento; reacciones producidas por una envidia, gorda, pesada, como un guiso de porotos con lentejas; difícil de digerir. Prefieren no fingir. No pueden, ni quieren, camuflar todo ese odio hacia tu buena estrella. La frustración tóxica por no haber nacido con la capacidad, con la voluntad de generar algo similar.
Pero son estos últimos los primeros en acercarse cuando tenés algún problema o estás apenado por algo. El sufrimiento ajeno es para ellos como el dulce de leche para las moscas. Se convierten en sabios consejeros, te abrazan y lloran a tu lado. Viles Carroñeros.
Yo me visto de rojo, observo, río, disfruto de semejante zoológico.

Y sólo me voy a preocupar cuando no hablen de mí.

"Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti." Oscar Wilde.

"Decididamente, la envidia es una forma de parentesco. No se envidia a quienes estén lejanos, ni a los sujetos inalcanzables. La envidia corroe en las cercanías, en quienes vemos a diario, en quienes nos disputan los pequeños triunfos cotidianos.La envidia es a la vez pecado y castigo. Los envidiosos viven un perpetuo desasosiego, sufren en cuerpo y alma el peso de su sentimiento. La envidia es una peste, una enfermedad que padece el envidioso, sin saber cómo ni cuándo se contagió".
Fuente: http://mqh.blogia.com/2006/070504-la-envidia-segun-borges.php

"¡Mira, ésa es la caverna de la tarántula! ¿Quieres verla a ella misma? Aquí cuelga su tela; tócala, para que tiemble.
Ahí viene dócilmente: ¡bien venida, tarántula! Negro se asienta sobre tu espalda tu triángulo y emblema; y yo conozco también lo que se asienta en tu alma.
Venganza se asienta en tu alma: allí donde tú muerdes, una costra negra se forma; ¡con la venganza tu veneno produce vértigos al alma! -
Así os hablo en parábola a vosotros los que causáis vértigos a las almas, ¡vosotros los predicadores de la igualdad! ¡Tarántulas sois vosotros para mí, y vengativos escondidos!
Pero yo voy a sacar a luz vuestros escondrijos: por eso me río en vuestra cara con mi carcajada de la altura.
Por eso desgarro vuestra tela, para que vuestra rabia os induzca a salir de vuestras cavernas de mentiras, y vuestra venganza destaque detrás de vuestra palabra «justicia» ". De las tarántulas. Friedrich Nietzsche.

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