20 ene 2009

Buenos Días.

"Cada cual sabe donde le aprieta el zapato", me dijo hoy a la mañana un compañero de trabajo. Mientras manifestábamos nuestras pequeñas quejas existenciales, típicas de todo argentino antes de comenzar el día. "Me duele esto", "estoy mal por aquello", etc. Después del automático "buenos días", comenzamos a proyectar nuestras dosis de negatividad en los otros, luego de hacer el monólogo y fingir que las miserias ajenas también nos importan. Hecha la descarga y comprobado que todos están iguales o peores que uno, nos sentimos aliviados, hacemos un chiste tonto, sarcástico, si amanecimos lúcidos, reímos como cómplices en la resignación y ya estamos listos para trabajar. Lo patético, no es saber en donde te aprieta el zapato, sino usar zapatos que aprietan y no hacer nada al respecto.

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