23 ene 2009

El Ser On Sale.

"Me trata como a un objeto." "¡No soy un objeto!" En el pináculo de la era del consumo, en dónde nuestra principal manera de interactuar con el mundo es a través de la compra compulsiva y descarte de objetos efímeros, como celulares, computadoras, ropa, zapatos, muebles, LCDs, DVDs, Home Theatres, Blue Ray, etc. Nos enloquecemos con la pantalla LCD "Red Diamond" y no alcanzamos a terminar de pagarla, que ya salió la nueva pantalla "Black Cristal Hight Definition". Vivimos ahorcados, pagando cuotas y cuotas para poseer éstos símbolos, los cuales hablan por nosotros, definen y delimitan no sólo status y estilo, sino nuestra personalidad. Si estamos o no, en la cresta de la ola, con respecto a los vertiginosos avances tecnológicos y a los cambios en todo tipo de moda. Cuando alguien entra a tu casa, no necesitás decir nada, dejás todo en manos de esos objetos. El scanner del visitante pasa revista y listo, esa lámpara habla de tu profundo conocimiento sobre art nuovo, ese monitor widescreen touch, habla de tu mente creativa e impulsos vanguardistas y ese saco de Giorgio Armani combinado con esos jeans de Dolce & Gavanna te reafirman como un dandy rebelde europeo. Entonces, ¿cómo pretendemos ser tratados en una relación de pareja o amistad como personas, cuando juzgamos y nos juzgan todo el tiempo por la tapa? Por eso las relaciones no duran. Inconcientemente, necesitamos cambiar todo por modelos nuevos. No morimos o desaparecemos, vencemos. Y cada vez son menores los plazos de caducidad. El amor ya no es objeto, como sentido o meta; el amor ha adquirido carácter de objeto concreto, de cosa; puede ser utilizado, arrojado a la basura, reemplazado.
¿Si los objetos nos aniquilan sujetos, nos hunden en una soledad decorada y actualizada; pero imposible de ser compartida? ¿Qué objeto tienen?

1 comentario:

Chari dijo...

Nos guste o no somos nosotros mismos los empeñados en adornarnos y cubrirnos de accesorios cada vez más complejos , la idea de quedarse al rincón del mostrador parece ciertamente aterradora